Viñales: “No quiero ni preguntar cuántos motores me quedan”

El español parece respirar tranquilo después del susto de la última prueba, en Austria, en la que se tuvo que tirar de la moto a cuando circulaba a más de 200 kilómetros por hora, al darse cuenta de que se había quedado sin frenos.

Quienes pensaron que un accidente tan tremendo podía provocar que el español se tomara con algo más de calma su vuelta a las pistas, se equivocaron. Viñales dominó el primer entrenamiento en el Circuito Marco Simoncelli y terminó el sexto el segundo. Él y Fabio Quartararo, el más veloz en la sesión de la tarde, son los principales candidatos en estos momentos a jugarse el triunfo el domingo.

Eso es todo un contraste si tenemos en cuenta que la Yamaha fue una de las motos que más sufrió en Austria, donde la falta de potencia que evidencia la M1 les pasó factura a sus corredores.

“Sabíamos que en esta pista éramos rápidos, pero nos faltaba confirmar el reasfaltado. Nos fue muy bien, las sensaciones son fantásticas. El objetivo es el podio, pero si me surge  la oportunidad de ganar iré a por ello”, resumió el español, quien, tras correr en Austria con el sistema de frenos del curso pasado, ya incorporó el nuevo, recomendado por Brembo, en San Marino: “Esta vez es obligatorio para todas las Yamaha. Colocamos discos y pinzas nuevas, y todo funcionó mucho mejor”.

En la espeluznante caída de Spielberg, la moto terminó en llamas después de estrellarse contra las barreras y quedar hecha pedazos. A pesar de ello, los técnicos del fabricante de Iwata pudieron salvar el motor, circunstancia de vital importancia si tenemos en cuenta que el chico de Roses ya no tiene ninguna unidad por estrenar, y solo dispone de cuatro. 

“En el primer ensayo libre utilicé el motor del accidente. Corre incluso más que el otro que estoy utilizando. No quiero ni preguntar a Yamaha cuántos motores me quedan”, remachó Viñales.

Las fotos de Maverick Viñales en el GP de San Marino

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