El día que McLaren-Honda regresó con Fernando Alonso en Jerez

El 11 de diciembre de 2014, el equipo McLaren anunció el regreso de Fernando Alonso a la escudería de Woking después de su paso en 2007. El bicampeón asturiano dejó a un lado todo lo que sucedió en la estructura británica en aquella temporada en la que perdieron el título en detrimento de Kimi Raikkonen, que se coronó campeón del mundo en la última carrera del año.

Ese día, el piloto español se mostró sonriente, incluso se fotografió con Ron Dennis para certificar que no había rencor entre ellos por la polémica de siete campañas antes.

"Escuché que fichar por McLaren era una buena decisión porque el motor turbo de Ferrari no era bueno", explicó Alonso cuando firmó el contrato que le ligaba al equipo.

McLaren prometía regresar a lo más alto con una nueva unidad de potencia, la de Honda, que estuvo desarrollándose durante todo el primer curso de la era híbrida en la sombra, sin pruebas reales en condiciones de competición como el resto de rivales.

El 1 de febrero de 2015, en el circuito de Jerez y ante la expectación de miles de personas que se acercaron, el MP4-30 salió por primera vez al asfalto. Se trataba de la vuelta de Honda a McLaren, el conjunto con el que brilló a finales de los 80 y principios de los 90 con la dupla de Alain Prost y Ayrton Senna.

Precisamente, el brasileño era uno de los mayores ídolos para Fernando Alonso, que se unió al proyecto con la intención de emular al tres veces campeón. El ovetense se hizo de rogar entre la afición local, pero pasadas unas horas, se subió al monoplaza motorizado por "el poder de los sueños", como indicaba su lema, y dio una vuelta de instalación saludando a todos los allí presentes.

Regresó al garaje ante el estupor de la gente, que se sorprendió por el sonido de la unidad de potencia japonesa, muy diferente a la del resto de monoplazas que rodaban ese día, como el Mercedes de Nico Rosberg, el Ferrari de Sebastian Vettel o el camuflado Red Bull de Daniel Ricciardo.

Toda la grada estaba deseosa por escuchar por megafonía un simple: "Fernando Alonso regresa a pista". Sin embargo, eso solo sucedió en contadas ocasiones, porque el McLaren-Honda que allí se estrenaba apenas permitió dar seis vueltas y se quedó a más de 18 segundos del tiempo más rápido de la jornada, el de Vettel.

Ese mismo día, Carlos Sainz también estuvo en su primer día como piloto oficial de Fórmula 1 con Toro Rosso, y compensó la decepción de los aficionados españoles por no ver tanto a Alonso. El madrileño completó 46 giros con el STR10 y, a pesar de acabar solo por delante de su compatriota, ya dejó pequeñas muestras de que podía convertirse en todo un gran piloto como es en la actualidad.

Las horas desde los asientos del trazado jerezano pasaban lentamente al no conocer el motivo de por qué McLaren no salía a pista, y al caer la noche anunciaron que sufrieron problemas eléctricos. La puerta del box del conjunto de Woking ni siquiera se abrió por la tarde, y dejó serias dudas sobre su verdadero potencial, el cual se fue viendo a lo largo de los tres días siguientes de pretemporada en el sur de España.

Apenas 79 giros en cuatro jornadas y a no menos de 6 segundos del tiempo más rápido (llegaron a estar a 33 segundos de los cronos de los líderes) eran las pruebas de algo que se confirmó en las siguientes temporadas, cuando el sueño de revivir la época dorada de Senna con Alonso a los mandos, se desvaneció de la misma manera que hacía el motor Honda en cada gran premio.